2.-CLIMAS

El territorio español se caracteriza por una amplia diversidad de climas.
Los principales son el clima oceánuci, el mediterráneo con sus distintas variedades y el de montaña. El clima de Canarias, por sus peculiaridades, se trata de un apartado propio.

1. Clima Oceánico

El clima oceánico ocupa el norte de la Península: la cornisa cantábrica y Galicia. 
Cuenta con precipitaciones abundantes, regulares y suaves. El total anual supera los 800 mm y los días de lluvia son más de 150 al año. Su distribución a lo largo del año es bastante regular, ya que esta área se encuentra bajo la continua acción de las borrascas del frente popular. No obstante, suele darse un máximo de precipitación en invierno, debido a la mayor frecuencia de paso de estas borrascas, y un mínimo relativo en verano, debido a la influencia del anticiclón de las Azores, desplazado al norte. Este mínimo puede dar lugar a un máximo de dos meses secos, que marca la transición al clima mediterráneo continentalizado. Las precipitaciones se filtran en el suelo porque caen suavemente.
Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica baja en la costa y moderada hacia el interior. En la costa la amplitud térmica es baja debido a la influencia del mar (entre 9 ºC y 12 ºC). El verano es fresco (ningún mes tiene una temperatura media igual o superior a 22 ºC) y el invierno es moderado (la temperatura media del mes más frío está 6 ºC y 10 ºC). Hacia el interior la amplitud térmica es moderada al disminuir la influencia marina (entre 12-15 ºC). Dbido a este hecho, el invierno es frío (baja hasta 6º C).

2. Clima Mediterráneo

El área del clima Mediterráneo es la más extensa de España. Comprende el territorio peninsular al sur de la zona de clima oceánico, las islas Baleares, Ceuta y Melilla.
Las precipitaciones son escasas o moderadas, irregulares y tormentosas. El total anual es inferior a 800 mm, considerándose moderadas entre 800 mm y escasas por debajo de 500 mm. Su distribución es irregular. El verano es seco debido a la influencia del anticiclón de las Azores, que en esta época del año se desplaza hacia el norte. El máximo tiene lugar en otoño y en primavera, salvo en las zonas más abiertas al Atlántico, donde se produce en invierno. La forma en la que caen las precipitaciones es muchas veces como vionlentas, que erosionan fuertemente el suelo en las áreas desporvistas de vegetación.
Las temperaturas varían con la latitud y la distancia al mar.

2.1. Mediterráneo marítimo

 El área de este clima comprende la costa mediterránea peninsular (menos el SE), la costa suratlántica, Baleares, Ceuta y Melilla.
Las precipitaciones son escasas o moderadas, entre 800 y 300 mm al año. Su volumen es algo mayor en la costa suratlántica que en la mediterránea. En la costa suratlántica, las precipitaciones son más abundantes por la mayor influencia de las borrascas atlánticas; sobre todo, de las formadas en el SO peninsular y en el golfo de Cádiz. Su máximo principal es en invierno o en otoño-invierno. En la costa Mediterránea, las precipitaciones son menores porque las borrascas atlánticas pierden su humedad al atravesar la Península y las barreras montañosas paralelas a la costa mediterránea. Su máximo principal es en otoño, debido a las tormentas ocasionadas por el contraste entre las aguas cálidas del Mediterráneo y la tierra, que se enfría más deprisa. También pueden producirse por la llegada de masas de aire del este procedentes del continente europeo que ascienden por las cordilleras litorales, o por gotas frías en altura.
Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica moderada (12 ºC-15/16 ºC) debido a la calidez del Mediterráneo. El verano es caluroso (iguala o supera los 22 ºC) y el invierno, suave (el mes más frío no baja de 10 ºC).

2.2. Mediterráneo continentalizado

 El mediterráneo continentalizado abarca el interior de la penñinsula, menos la zona media del valle del Ebro.
Las precipitaciones son escasas o moderadas, también entre 800 y 300 mm. Su volumen es algo mayor en el sector occidental del interior peninsular. En el sector occidental peninsular, las precipitaciones son más abundantes por la mayor frecuencia de paso de las borrascas atlánticas. Su máximo principal es en invierno. En el centro de las depresiones castellanas y del Ebro, las precipitaciones son menores, debido a su encajamiento entre montañas. Su máximo tiene lugar en la estaciones equinocciales, sobre todo en primavera, cuando se debilitan los anticiclones invernarles. Estos se forman por el frío del suelo y pueden ocasionar un mínimo secundario de precipitaciones en invierno.
Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica alta (superior a los 16 ºC), debido al aislamiento de la influencia del mar. Las variaciones térmicas permiten distinguir tres subtipos:
  • La submeseta norte y las tierras altas de Guadalajara, Teruel y Cuenca tienen veranos frescos (inferior a 22 ºC) e inviernos fríos (el mes más frío baja a 6 ºC), con frecuentes heladas y nieblas.
  • La submeseta sur y los bordes del valle del Ebro tienen veranos calurosos (igual o superior a 22 ºC) e inviernos fríos, aunque con menor incidencia de las heladas.
  • Extremadura y el interior andaluz tienen veranos muy calurosos e inviernos moderados (el mes más frío entre 6 ºC y 10 º C)

2.3.  Mediterráneo seco

Su área comprende el SE peninsular y la zona media del valle del Ebro.
Las precipitaciones son muy escasas, entre 300 y 150 mm, lo que le confiere carácter estepario. En el SE, la aridez obedece a que la zona se encuentra protegida de las borrascas atlánticas por los relieves de las cordilleras Béticas, a que llegan con dificultad las borrascas mediterráneas y a que son frecuentes la masas de aire secas procedentes de África. Solo las borrascas que penetran por el Estrecho o las formadas ocasionalmente en el mar de Alborán provocan precipitaciones. En el cabo de Gata se llega al clima desértico (menos de 150 mm de precipiración anual). En la zona media del valle del Ebro, la aridez de debe al encajonamiento entre montañas. El Sistema Ibérico actúa como barrera frente a las borrascas atlánticas y la cordillera Costero-Catalana frena la influencia del Mediterráneo.
las temperaturas varían con la latitud y la distancia al mar. La estepa cálida de la costa del SE tiene temperatura media anual en torno a 17 ºC-18 ºC e inviernos muy suaves (no bajan de 10 ºC). La estepa fría del interior del SE (este de La Mancha y Albacete) y de la zona media del valle del Ebro tiene temperatura media anual inferior a 17 ºC e inviernos moderados o fríos (entre 6 ºC y 10 ºC, o por debajo de 6º C, respectivamente).

3. Clima de Montaña

El área del clima de montaña comprende los territorios situados a más de 1.000 m de altitud. Su características están determinadas por la altura, pues a medida que se incrementa, las precipitaciones aumentan y las temperaturas disminuyen.
Las precipitaciones son muy abundantes: superan los 1.000 mm al año.
Las temperaturas se caracterizan por una media anual baja (inferior a 10 ºC) y por inviernos fríos, en los que algún mes se sitúa cerca o por debajo de 0 ºC. Por este motivo son frecuentes las precipitaciones en forma de nieve.
  • Las montañas incluida en el área de clima oceánico (Pirineos y cordillera Cantábrica) no tienen ningún mes seco y presentan veranos frescos (ningún mes iguala o supera los 22 ºC).
  • Las montañas incluidas en el área mediterránea sufren una notable reducción de precipitaciones en verano, que puede dar lugar a uno o dos meses secos. Su temperatura estival es más alta, rebasándose los 22 ºC en algunos sectores.

4. Clima de Canarias

Las islas Canarias poseen un clima subtropical original debido a la influencia de diversos factores:
  • Su situación meridional próxima al trópico y a las costas africanas aporta influencias variadas. Dominan el anticiclón de las Azores y el viento alisio del NE, que origina temperaturas sueves en todo el año.
Cuando el anticiclón se desplaza, permite el paso de las borrascas atlánticas en invierno y del sur sahariano en verano.
  • La corriente fría de Canarias, entre las islas y el continente africano, enfría las aguas superficiales más de lo que corresponde por su latitud e incrementa la estabilidad del aire en verano.
  • El relieve hace disminuir la temperatura, y provoca en la vertientes a barlovento del alisio cuantiosas precipitaciones y nubosidad abundante (mar de nubes).


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